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Octubre 2025

Dolor y rigidez en el cuello: ¿Podría ser artrosis cervical?

La cervicoartrosis o artrosis cervical es una condición degenerativa que afecta a toda la articulación y los tejidos que la rodean, por lo que provoca dolor, hinchazón y rigidez.

¿Por qué sucede la artrosis cervical?

A lo largo de la vida, se producen microtraumatismos repetitivos que hacen que el cartílago que recubre las articulaciones y el disco que existe entre las vértebras disminuyan su grosor y pierdan su función de amortiguar el movimiento y absorber el impacto sobre esta región.

Con el deterioro del cartílago, se pierde su elasticidad, volviéndose delgado, débil y quebradizo, provocando que las almohadillas que forman parte de la columna cervical también se compriman y se desgasten, haciendo que exista un roce entre las vértebras. Esto genera espasmos musculares como mecanismo de defensa.

En las primeras fases, el dolor suele aparecer con el movimiento y mejora con el reposo, pero conforme avanza, el dolor persiste incluso en reposo.

¿Qué pasa dentro de las cervicales y por qué son tan importantes?

Están compuestas por nervios raquídeos importantísimos que salen por pequeños orificios entre cada vértebra. Estos nervios estimulan el movimiento muscular del cuello, hombro, el brazo y la mano, así como proporcionan la sensibilidad.

Los nervios cervicales C1, C2 y C3 controlan los movimientos de la cabeza y el cuello hacia adelante, hacia atrás y hacia los lados. El nervio C2 proporciona sensibilidad a la parte superior de la cabeza; el C3, a los lados de la cara y la parte posterior de la cabeza.

  • Nervio cervical 4: Controla el movimiento y sensibilidad en las partes del cuello, hombros y en la parte superior de los brazos. También es uno de los nervios que controla el diafragma.
  • Nervio cervical 5: Controla los músculos deltoides de los hombros y los bíceps. Proporciona sensibilidad a la parte superior del brazo hasta el codo.
  • Nervio cervical 6: Controla los músculos extensores de la muñeca y participa en el control del bíceps. Proporciona sensibilidad al lado del pulgar del antebrazo y la mano.
  • Nervio cervical 7: Controla los músculos tríceps y extensores de la muñeca. Proporciona sensibilidad a la parte posterior del brazo, hasta el dedo medio.
  • Nervio cervical 8: Controla tus manos y da sensibilidad al lado del meñique de tu mano y antebrazo.

Ricardo Monge menciona las causas del dolor en el cuello

Síntomas artrosis cervical

Dolor y rigidez en el cuello y hombros: Este dolor y su intensidad pueden ser variables o muy severos, empeorando por la noche al dormir por el aumento de presión.

Vértigo cervical: Provoca mareos y una sensación de inestabilidad. Esto ocurre debido a la compresión de ciertas estructuras nerviosas y vasculares en la zona cervical.

Crujidos: Estos sonidos se producen generalmente durante los movimientos amplios de la columna cervical.

Bloqueo mecánico: Producido por osteofitos, cuerpos libres o contracturas, puede producir una falta de movilidad del cuello.

Normalmente, la rigidez matutina de la artrosis suele ser de unos 30 minutos y va mejorando con el movimiento durante el día.

Cervicoartrosis y osteofitos o 'picos de loro'

Al haber un desgaste, lo que el cuerpo busca es protegerse de ese desbalance y roce que hay entre las cervicales. Para ello, intenta fusionar las cervicales desgastadas y se generan estas protuberancias óseas (osteofitos) que, pueden generar bloqueos mecánicos o contracturas.

Factores de Riesgo: ¿Quiénes son más propensos?

Si bien la edad es un factor principal, la cervicoartrosis no solo pasa en adultos mayores. La verdad es que actualmente se presentan más casos en edades más tempranas, a partir de los 40–50 años, siendo las mujeres especialmente afectadas por la disminución de estrógeno en la menopausia. Otros factores de riesgo incluyen:

  • Traumatismos previos en el cuello (latigazo cervical).
  • Obesidad y sedentarismo.
  • Trabajos o actividades que exigen mantener posturas forzadas del cuello (por ejemplo, oficina, pintores, etc.).
  • Deportes de impacto o de alto riesgo para la columna.
  • Factores genéticos.
  • Patologías como diabetes, artritis reumatoide o alguna infección articular.

Dr. Monge explica los diagnósticos para una artrosis cervical

Diagnóstico de artrosis cervical

El diagnóstico se basa en:

Exploración física: Donde se evalúa la movilidad, la fuerza muscular y los reflejos.

Estudios de imagen: Estudios como radiografías, resonancias magnéticas y TAC permiten confirmar el diagnóstico, evaluar la estenosis (número de niveles de compresión, importancia y localización de la estenosis, e inestabilidad asociada).

Tratamiento conservador para artrosis de cuello

Depende del grado de afectación. Casi siempre, o en la mayoría de los casos, se aborda con un tratamiento conservador multidisciplinar con el fin de reducir el dolor y recuperar la funcionalidad.

Este plan puede incluir:

  • Fisioterapia y ejercicios de fortalecimiento específicos.
  • Medicamentos antiinflamatorios y analgésicos.
  • Terapias para el manejo del dolor, como infiltraciones.
  • Reposo relativo y uso temporal de férulas o collares blandos.
  • Modificación de actividades y corrección postural.

El enfoque es siempre un manejo multidisciplinar, priorizando las opciones conservadoras antes de considerar la cirugía.

Ejercicios y actividades no recomendados si se padece de artrosis cervical

Al padecer artrosis cervical, es importante evitar ciertos movimientos y esfuerzos que puedan agravar los síntomas o acelerar el desgaste articular.

  • Deportes de alto impacto: Correr, baloncesto o cualquier deporte que involucre algún choque o impacto de la cabeza y cuello.
  • Posturas estáticas prolongadas: Evitar mantener posturas que produzcan tensión en el cuello, por ejemplo, pasar mucho tiempo en el celular, la computadora, sentado o con la cabeza inclinada.
  • Ciertos ejercicios de gimnasio: Se recomienda evitar ejercicios como el press militar, el jalón tras nuca o cargar objetos pesados, especialmente si implican cargar peso por encima de los hombros.
  • Evitar movimientos bruscos de la columna cervical, como nadar a estilo braza.

Cirugía por artrosis cervical

En caso de que no haya mejoría con el tratamiento conservador o que la afección esté en una situación que comprometa la integridad de los nervios (como debilidad muscular progresiva o pérdida de control de esfínteres), será necesario valorar la cirugía.

Existen diferentes tipos de cirugía:

Laminectomía: Consiste en extirpar el arco vertebral (también conocido como lámina) que cubre el canal espinal. Esta cirugía agranda el canal espinal para aliviar la presión sobre la médula espinal o los nervios, presión que es provocada por crecimientos óseos como los osteofitos.

Fusión cervical: Consiste en unir dos vértebras entre sí para que no se muevan. Para ello, además de usar un sistema de fijación (como placas y tornillos), se estimula al hueso para que crezca de una vértebra a otra como si se hiciera una soldadura.

Prótesis de disco cervical: Es un implante móvil colocado por vía anterior que sustituye al disco dañado. Mantiene cierto movimiento y puede reducir la sobrecarga en los discos adyacentes.

Un diagnóstico de cervicoartrosis no es el fin de una vida activa y mucho menos en edad joven. Con el manejo adecuado y personalizado, la gran mayoría de los pacientes logran un excelente control de sus síntomas y mantienen su calidad de vida. La clave está en un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adaptado a cada uno.

Si tu o algún amigo o familiar experimentan estos síntomas compártele este blog.

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